Eder Nicolás Araujo, además de testigo, también es compositor y una tarde en un museo lo llevó a escribir una de las canciones más sonadas de los últimos diez años. Hoy el maestro Adolfo Pacheco cumple 80 años de una vida intensa y dedicada a engrandecer el folclor de nuestro país. Más tarde compuso ‘El pintor’, una diatriba en aire de merengue entre un pintor y un compositor, grabada por Diomedes Díaz y Juancho Rois, y volvió a levantarse la suspicacia entre Adolfo Pacheco y el vallenato de la Guajira y Valledupar. Después Los Corraleros de Majagual y por último Diomedes Díaz y otros. Mi hermana Gloria apenas yo terminaba una canción llamaba a Jorge Oñate para que fuera el primero que la escuchara antes que llegara Rafael Orozco, Poncho Zuleta o Diomedes Díaz. Es un competidor por excelencia, aupado siempre por sus padres: Jorge Luis Carvajal Pérez y Jacqueline Cuadros Rojas. José Luis Gayà y Edinson Cavani no estarán disponibles, y sus posiciones serán ocupadas por Jesús Vázquez y Hugo Duro.
Nació en Valencia de Jesús. Cesar Salomón Ochoa López de Valencia, el acordeón y la guacharaca del grupo al que pertenecía, irrumpían en su mente de niño, y la madre, María de Jesús Campo oriunda de Santa Marta, se deleitaba con las bellas melodías que cuando niño emitía con su dulzaina.En las labores cotidianas está uno de los elementos de su inspiración. El Valencia, que celebró el empate como si tuviera la permanencia hecha, todavía no está matemáticamente salvado. «Para mi, como primera medida la mejor voz que ha tenido la música vallenata es Jorge Oñate. Cuando ya habían pasado años desde que se contara su última aventura política, Jorge Oñate decidió lanzar a su esposa Nancy Zuleta a la fatídica campaña de 2011. “Lo traicionó su vanidad, ha debido quedarse quieto”, dice un político de La Paz. Jorge Oñate le grabó cuatro temas a Rosendo Romero Ospino, el poeta de Villanueva: Noche sin Lucero (1975), Cadenas ( 1976) , Sombra de amor ( 1977) y Cántaro de amor (1979) .
Gustavo Gutiérrez considera que la mejor voz que ha tenido la música vallenata es sin duda Jorge Oñate. «Yo soy un bendecido de Dios, porque a mi me tocó la era de los grades compositores como Rafael Escalona, Leandro Díaz, Gustavo Gutiérrez, Fredy Molina, Octavio Daza, Tobías Enríquez, Carlos Huertas, Armando Zabaleta, Hernando Marín y Máximo Móvil. El timbre de voz de Morales era de un gran parecido al de él hoy desaparecido Rafael Orozco, y esto llegó a los oídos de Rafael Mejía, quien para ese entonces era el Gerente de Codiscos. Hace unos meses, Eder Araujo habló con Irene, la protagonista de la canción de Alejo Durán quien le relató cómo ese bendito número le marco el destino. A su manera Vives también juega con la música y se sitúa directa y deliberadamente como protagonista cuando escribe de la casa de sus abuelos o de los años de su infancia, de un héroe deportivo o de la diosa de la sierra: el agua, con su antigua nobleza. A los 19 años inicia su, vida musical.
Igual, desde este mismo año hace parte de la agrupación «Los Niños Vallenatos», como miembro fundador, continuando en la misma bajo la dirección del maestro Andrés «Turco» Gil, en cuya escuela ha recibido toda su formación musical desarrollando sus facetas de acordeonero, cantante y compositor. Es docente de crónicas y perfiles en la Universidad del Norte desde el año 2001, ha sido catedrático de otras universidades del Caribe colombiano y dicta talleres de periodismo y expresión escrita a nivel regional y local. En cuanto al aspecto cultural, las Secretarías de Educación de los entes departamentales, las Universidades oficiales y privadas, El Sena, deberían hacer convenios para que los profesores, estudiantes realicen visitas a fundaciones y organizaciones promotoras de distintas manifestaciones culturales, de tal manera que estemos en condiciones de informar y guiar al turista en este ámbito , propender por la conservación, extender el conocimiento y darles alternativas a los vallenatos de conocer la cotidianidad de los pueblos, y del entorno. Hace sesenta años, en la iglesia de Badillo, Cesar, había una custodia colonial muy querida por todos los habitantes del pueblo y Escalona la describe en la canción: de oro, grande, pesada. El fue vaquero enrejador estuvo con su familia ligado al trabajo en hatos ganaderos, de carácter colectiva que aglutina una serie de costumbres y hábitos decisivos en la más arraigada de nuestra manifestación musical: los cantos de vaquería y, más allá, en la tradición juglaresca…
Si usted adoraba este artículo y también le gustaría recibir más información sobre segunda equipacion valencia por favor visite nuestro propio sitio.